Ir al contenido principal

Algo del sentido y de los versos




Vas a una librería, buscas entre mesones, queriendo aprender, sin saber nombres ni títulos y no importándote que no sepas nombres ni títulos. Un librito te encuentra. Abres, lees, te gusta a grandes rasgos. En este caso, digamos, Cincinnati / Historia personal, del mexicano Manuel Iris. De entrada, te llama la atención el texto de contratapa escrito por el poeta venezolano Arturo Gutiérrez Plaza, y cuya poesía admiras. Te llevas el libro. En casa lo lees, se te antoja un libro excelente, el poeta magnífico. Lo vas leyendo con calma. Dejas pasar días, te quedas con una frase, la meditas, la vuelves a leer, luego el poema completo. Y como es, que uno siente en ocasiones, que muchos libros son destino, porque entonces, llegas a una página, a un verso, a una línea, y sientes y comprendes el sentido. El sentido completo de lo que hizo que ese día de diciembre terminaras en el Auditorio Nacional, y luego en la librería Educal en el Centro Cultural del Bosque, y que allí te toparas con aquel libro, y que un mes después hayas leído aquella frase, aquel verso, ya en tu casa, una noche tranquila, acariciado por la tenue luz de la lámpara de la mesita de noche. Ese verso que además te llevó a otro verso del mismo libro, lo que hizo entonces que el sentido fuese aún más amplio. Y más todavía cuando la palabra «sentido» se te ha quedado grabada y te ha servido para ese poema del mexicano y luego para este texto, porque unas semanas antes de encontrar el libro de Iris te hiciste en otra librería, en El Péndulo de Polanco, de otro libro de Mark Strand, otro libro más para tu colección de Strand, La vida continúa, en donde leíste en aquel poema con el mismo título del libro, también otra noche tranquila, en tu cama, aquellos versos que hablan del sentido, y de la angustia de no haber completado nada que demuestre nuestra existencia, y aun así la belleza, y aun así comprendes un poco más, sin poder definir en palabras, los asuntos del destino y del sentido y de estar en esta vida, preguntándote y buscando y buscándote.





Comentarios

Entradas más populares de este blog

Página de respeto

        Los libros, por lo general, llevan una hoja en blanco de primera página. Mire usted qué detalle: se le llama hoja de respeto o de cortesía. Nadie se detiene en ella. Creo que deberíamos hacerlo, tan sólo por un instante. Creo que deberíamos también, mientras vamos leyendo, estar conscientes de que, la primera página de ese libro es una página de respecto, de cortesía. Una página que calla. No importa el contenido, no importa la materia: todo libro que tenga esa hoja de respeto contiene la poesía. Esa hoja en blanco es la poesía, es la imagen perfecta de una revelación que no puede ser dicha con palabras. Lo que nos excede, lo que nos colma justo antes de la avalancha de las palabras. Los poetas lo saben. El buen poema está repleto de líneas de respeto. Y un buen libro de poemas abunda en páginas de respeto, de cortesía.

Historias que espantan el sueño en PROSOEMA

. Historias que espantan el sueño Editorial Alfaguara, Caracas, 2007. Ilustraciones: Pedro Aguilar. Este libro está compuesto por siete cuentos, varios de ellos, magistrales muestras de literatura de terror para niños y jóvenes. Me referiré especialmente a cuatro de estos relatos que hacen que su lectura se disfrute en verdad: "Yoamoatodoelmundo dice", "La playa solitaria", "El escondite con los risitas" y "La niñera mala". En el primero de tales cuentos, un niño conoce mediante el Chat a alguien que se identifica como Yoamoatodoelmundo. Con quien se oculta tras ese nombre inicia una relación epistolar de amor/odio que lleva a un final parecido a una de las más escalofriantes leyendas urbanas generadas por Internet: la de la doncella ciega (Blind Maiden). Tanto el desarrollo del relato, como su final, han hecho a muchos de sus lectores jóvenes perder el sueño y a muchos padres de éstos reclamar a la editorial por su publicación y a algunas docent...

Cuentos sin palabrotas

CUENTOS SIN PALABROTAS, ANTOLOGÍA DE CUENTOS VENEZOLANOS Alfaguara, serie roja. Compilador: Fedosy Santaella. Pedro Emilio Coll José Rafael Pocaterra Leoncio Martínez Julio Garmendia Salvador Garmendia Ednodio Quintero Francisco Massiani Armando José Sequera Arturo Uslar Pietri Otrova Gomas Eduardo Liendo Laura Antillano Gabriel Jiménez Emán Roberto Echeto Enrique Enríquez Milagros Socorro Omar Mesones Eloi Yague Mireya Tabuas En este libro están prohibidas las PALABROTAS. Pero no te creas que las PALABROTAS de las que hablo son ésas que conocemos como groserías, palabras gruesas, gazapos, improperios, insultos, sapos, culebras y no sé cuántas denominaciones más. Para mí, las PALABROTAS son las palabras que algunos usan para que la gente crea que son GRANDES escritores. Es decir, hay quienes usan palabras tan altisonantes que parecieran haber hecho un doctorado en pomposidad, palabras como muy maquilladas que se presentan cual señores en trajes de gala y caminando con zapatos de charol...