
"No definiré el humorismo, no. Pero sí diré que no todo el mundo entiende la literatura humorística. Lo cual es naturalísimo.
Particularmente la literatura humorística, además de servirme para una porción de cosas que no hace falta denunciar, me sirve para medir la inteligencia de las personas de un golpe y sin equivocarme en un solo caso.
Si oigo que me dicen:
—¡Bueno, se les ocurren a ustedes unas gansadas tremendas!, pienso: éste es un cretino.
Si me dicen:
—Está bien esa clase de literatura, porque quita las penas,pienso: éste es un hombre vulgar.
Particularmente la literatura humorística, además de servirme para una porción de cosas que no hace falta denunciar, me sirve para medir la inteligencia de las personas de un golpe y sin equivocarme en un solo caso.
Si oigo que me dicen:
—¡Bueno, se les ocurren a ustedes unas gansadas tremendas!, pienso: éste es un cretino.
Si me dicen:
—Está bien esa clase de literatura, porque quita las penas,pienso: éste es un hombre vulgar.
Cuando me advierten:
—Es un género admirable y lo encuentro de una dificultad extrema, entonces pienso: éste es un hombre inteligente.
—Es un género admirable y lo encuentro de una dificultad extrema, entonces pienso: éste es un hombre inteligente.
Y por fin, si alguien me declara:
—Para mí el humorismo es el padre de todo, puesto que es la esencia concentrada de todo y porque el que hace humorismo piensa, sabe, observa y siente, entonces digo: este hombre tiene talento.
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