En la revolución paratópica todo debe ser hecho con arrechera. El héroe idealista revolucionario habla de vacaciones revolucionarias, y habla de ellas con arrechera. No son vacaciones por vacaciones, son vacaciones para vengar, para ocupar los espacios de los otros . El adepto revolucionario debe llegar a la playa con su cava, sus shores, sus niños y su señora y sentarse frente a una playa cristalina con arrechera, mirando feo a todo el mundo, como un perro rabioso que ha tomado un espacio a juro. Son vacaciones que no son vacaciones, son vacaciones con una misión. La misión seria, categórica, guerrillera, de ocupar el espacio que, según la paratopía , es un espacio usurpado (tramposamente) por los otros . Así que, con una misión tan importante, la idea del entretenimiento, del solaz, no existe; incluso es falta, error, pecado. Lo que existe es seriedad idealista revolucionaria y mucha arrechera. El adepto revolucionario debe estar en la playa, de vacaciones sí, pero arrecho. La arre...
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