Ir al contenido principal

Vito Modesto Franklin, el duque de Rocanegras




Nació en La Guaira (Distrito Federal) en 1860 y falleció en Caracas, el 17 de julio de 1938

Personaje popular de la Caracas de los años 1920, apodado Duque de Rocanegras y Príncipe de Austrasia. Hijo de Benito Franklin y de Eduvigis Montes. Caletero en el puerto de La Guaira en su juventud, logró a través del juego obtener ciertos medios de fortuna.

De un viaje a España e Italia en los últimos años del siglo XIX, regresó a Venezuela contagiado por una manía nobiliaria que lo llevaría a adoptar un modo de vestir extravagante que reunía, según la expresión de Aquiles Nazoa «la elegancia de un Brummel y el mundanismo refinado de un Oscar Wilde» Figura habitual de la plaza Bolívar, sus excentricidades le valieron una destacada figuración en los carnavales de 1922, cuando fue paseado en triunfo por las calles de la ciudad. Su sobrenombre de Duque de Rocanegras y Príncipe de Austrasia fue el resultado de una ocurrencia de Leoncio Martínez (Leo) y del grupo de redactores del periódico satírico Fantoches, cuya edición del 30 de mayo de 1923 sirvió para rendir un homenaje público al «ilustre personaje».

El mismo Fantoches le inventó al Duque de Rocanegras, en 1924, un idilio con «cierta princesa lejanísima y cautiva», cuyo nombre era el de un conocido medicamento depurador de las vías urinarias: Piperazina de Midy.

Impenetrable a las burlas y caricaturas de la prensa que de cierta manera halagaban su propia vanidad, El Duque se prestó al romance imaginario, dirigiéndole a su nueva Dulcinea apasionadas cartas escritas con tinta dorada.

En 1924, El Duque de Rocanegras se compró el teatro Olimpia de Caracas donde se celebraban temporadas de zarzuelas y organizó en él varias manifestaciones de gala para bailarinas o cupletistas famosas como Carmen Flores y Amalia Molina. En una de esas celebraciones le fue conferido el título de El Hombre de Líneas Más Perfectas, cuya hermosura superaba a la del ídolo del cine mudo Rodolfo Valentino.

Contagiado por la pasión de la técnica, El Duque decidió, en el papel de mecenas, ayudar a un joven latonero que trabajaba en la invención de un motor; invitado a presenciar la prueba del aparato en el garaje Venezuela (5.12.1930), resultó seriamente herido al estallar durante la demostración una de las partes de la máquina, ocasionándole la pérdida de una pierna. Derribada así irremediablemente su elegancia y con ella «el resorte mágico de su popularidad», su figura cayó progresivamente en el olvido. De «Vitoco», deformación de su nombre Vito, se originó la palabra «vitoquismo», sinónimo venezolano de narcisismo y presunción.

_________


Diccionario de Historia de Venezuela. 2da Edición. Caracas: Fundación Empresas Polar, 1997. Tomo II, página 390

Comentarios

Unknown dijo…
jentil comentarista ese personaje fue mi tio abuelo, y usted disfraza todo comentario , yo tengo conocimiento de que su titulo fue edquirido mediante el juego, y su hermano antonio franklin.no queria nada de el pues es producto del juago. si quiere mas informacion. granesjaime450@hotmail.com

Entradas más populares de este blog

Página de respeto

        Los libros, por lo general, llevan una hoja en blanco de primera página. Mire usted qué detalle: se le llama hoja de respeto o de cortesía. Nadie se detiene en ella. Creo que deberíamos hacerlo, tan sólo por un instante. Creo que deberíamos también, mientras vamos leyendo, estar conscientes de que, la primera página de ese libro es una página de respecto, de cortesía. Una página que calla. No importa el contenido, no importa la materia: todo libro que tenga esa hoja de respeto contiene la poesía. Esa hoja en blanco es la poesía, es la imagen perfecta de una revelación que no puede ser dicha con palabras. Lo que nos excede, lo que nos colma justo antes de la avalancha de las palabras. Los poetas lo saben. El buen poema está repleto de líneas de respeto. Y un buen libro de poemas abunda en páginas de respeto, de cortesía.

Historias que espantan el sueño en PROSOEMA

. Historias que espantan el sueño Editorial Alfaguara, Caracas, 2007. Ilustraciones: Pedro Aguilar. Este libro está compuesto por siete cuentos, varios de ellos, magistrales muestras de literatura de terror para niños y jóvenes. Me referiré especialmente a cuatro de estos relatos que hacen que su lectura se disfrute en verdad: "Yoamoatodoelmundo dice", "La playa solitaria", "El escondite con los risitas" y "La niñera mala". En el primero de tales cuentos, un niño conoce mediante el Chat a alguien que se identifica como Yoamoatodoelmundo. Con quien se oculta tras ese nombre inicia una relación epistolar de amor/odio que lleva a un final parecido a una de las más escalofriantes leyendas urbanas generadas por Internet: la de la doncella ciega (Blind Maiden). Tanto el desarrollo del relato, como su final, han hecho a muchos de sus lectores jóvenes perder el sueño y a muchos padres de éstos reclamar a la editorial por su publicación y a algunas docent...

UN VAMPIRO EN MARACAIBO, HUMOR Y TERROR DEL SIGLO XXI

Disculpen la poca profundidad con que voy a empezar, pero no me aguanto las ganas de decirles que en esta novela hay una redada de burros. Sí, una redada policial, donde los burros no son los policías (aunque pudiera ser), sino donde estos mentados hombres de ley cercan, atrapan, arrinconan a unos burros pensando que atraparán a un brujo fugitivo que se transformó, precisamente, en jamelgo. Nada más cuando conocemos el título del libro, nos nace de inmediato una sonrisa cómplice. Uno dice: “No ya va, acá hay algo que no está bien. ¿Qué carajos tiene que ver un vampiro con una ciudad donde el sol y el calor son parte fundamental de la vida de sus ciudadanos, incluso de noche?”. Con Un vampiro en Maracaibo (Alfaguara, 2008), Norberto José Olivar ha unido mundos aparentemente incongruentes. De allí que su título nos extrañe y al mismo tiempo nos arranque esa sonrisa sabrosa: Los vampiros y Maracaibo son dos mundos contrarios, y quizás por eso, porque son dos mundos de remotísima o nula ...